BICENTENARIO DEL MUSEO DEL PRADO Y EL BOSCO

El Museo Nacional del Prado celebra este 19 de noviembre su bicentenario. Aunque el museo fue fundado ese día de 1819, el edificio que le sirve de sede fue diseñado en 1785 por el arquitecto Juan de Villanueva como Gabinete de Ciencias Naturales por orden de Carlos III. Su nieto, el rey absolutista Fernando VII, se encargaría de depositar décadas después parte de las colecciones reales que se habían ido conformando desde el siglo XVI, primero con los Austrias y posteriormente con los Borbones. Entre las piezas que habían ido acumulando los distintos monarcas españoles sobresalen tesoros como El Jardín de las Delicias, de El BoscoEl Caballero de la Mano en el Pecho, de El Greco; Las Meninas, de Velázquez y La Familia de Carlos IV, de Goya, entre otros.

Los alumnos de 1º ESO, guiados por su profesora Charo Giménez Gómez han querido estudiar la figura del pintor: Jheronimus van Aken, conocido, en España como El Bosco (1450-1516). Fue un pintor, de los Países Bajos, autor de una obra excepcional tanto por la extraordinaria inventiva de sus figuraciones y los asuntos tratados como por su técnica: El Jardín de las Delicias. El Bosco Tomó su sobrenombre de su ciudad natal, Den Bosch (Bolduque en español).

Sin duda alguna, es uno de los artistas más enigmáticos e influyentes del Renacimiento, que invita al público a adentrarse en su personal visión del mundo. Pese a la cantidad de teorías sobre su vida, su obra y su legado, se conoce poco de la biografía del pintor. Lo que se sabe de su vida y de su familia procede de las escasas referencias que aparecen en los archivos.

Un dato curioso es que El Bosco no fechó ninguno de sus cuadros y son relativamente pocos los que llevan una firma que pueda considerarse no apócrifa. Además, ha sido objeto de interpretaciones y cada generación descubre un Bosco distinto del que conoció la anterior y esto se puede comprobar en la exposición del V centenario de la muerte del Bosco porque su legado sigue siendo objeto de discusiones e interpretaciones sobre el significado de sus escenas oníricas pobladas de criaturas de pesadilla.

El Bosco adquirió aún en vida fama como inventor de figuras maravillosas y de imágenes llenas de fantasía y no tardaron en salirle seguidores y falsificadores que harían de sus temas e imaginaciones un verdadero género artístico, difundido también a través de estampas. Su atrevimiento provocó que gozara de fama en vida, aunque sus primeras obras salieron a la luz cuando tenía treinta años.

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