El martes 5 de noviembre a las cinco de la tarde tuvimos una cita con el académico, matemático y filósofo Juan Mayorga en torno a sus dos últimas piezas teatrales: Intensamente azules y El mago. Ausente de facto, estuvo muy presente entre las nueve personas que sobrevolamos, repasamos y comentamos estas inteligentemente cómicas obras. Ambas tienen en común que fueron escritas paralelamente y que tienen un origen biográfico. Ambas, al mismo tiempo, versan sobre la familia y la imaginación.
En Intensamente Azules, una suerte de monólogo absurdo y real, el protagonista se pone el mundo por montera, atreviéndose a hacer el ridículo con unas gafas graduadas de natación, a falta de las que llevaba que, al despertar, aparecen rotas. Con ese perfume kafkiano, nuestro héroe supone una amenaza para muchos de los que le rodean. La obra nos habla de la libertad y, si perseguía su autor hacernos reír, lo ha conseguido. Por cierto, la obra, interpretada por César Sarachu, está en gira y la ha dirigido el mismo autor. No os la perdáis.
El Mago parte de una experiencia vital bien distinta: la asistencia a un espectáculo de hipnosis, de la cual, a Mayorga le fascinó ver a personas cautivas del mago, del prestidigitador, del hechicero más libres que nunca: volaban, cantaban, se desinhibían de formas inimaginables. Sobre el escenario late la tensión entre la realidad y el deseo; entre lo que deseamos ser y lo que los demás nos ven; también aparece la clase media; y qué decir del desdoblamiento de Nadia (ese nombre que nos lleva a La Odisea y Nadie, o a la deshumanización de todos nosotros, hipnotizados de muchas y variadas formas) que ofrece, no sólo múltiples exploraciones teatrales sino una lupa de aumento para examinar a su familia y a sí misma.
El ambiente de nuestra tertulia gozó de la calidez que aporta la participación activa de todos los que asistimos, porque el teatro, ─asamblea y utopía─, da mucho juego para dialogar, compartir, contrastar. Lo mejor sin duda de la tertulia son los tertulianos y las tertulianas que reescriben la obra con su personalísima mirada. Todos somos filtro teatral. Al finalizar, Mayorga, el encantador, voló hasta el Augusto para transmitirnos de viva voz a través de dos audios qué quiso plantear con sus obras y también nos sugirió que escribir una obra no significa entenderla.
El gran Mayorga, Mago-rga, desconcierta, confunde, sacude nuestra percepción del hecho teatral y saca de su chistera personajes que rompen ese orden real que nos aliena haciéndose preguntas, porque
la duda es la única herramienta con que contamos para escapar de las verdades absolutas, y a nosotros, lectores y espectadores, nos hace más inteligentes. No hay mejor regalo.
Por cierto, podemos ver la obra los días 13 y 14 de diciembre en el Palacio de Festivales.
No me la pienso perder.
Os invitamos a participar en la próxima tertulia del 10 de Diciembre, justo después del puente. Leeremos poesía: Alfabeto de Inger Christensen, editado en Sexto Piso. Será a las 17 horas en nuestra biblioteca.
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